El personal es muy amable y el recibimiento con galletas y bebida es todo un detalle. La habitación es muy grande y moderna. Las instalaciones, incluida la piscina, están muy cuidadas. Además ofrecen la posibilidad de coger bicis para dar un paseo, sin coste adicional.
Como único punto negativo, el hecho de que está apartado del centro de Hoi An, a unos 3 km. Sin embargo, el taxi solo cuesta unos 2,50 € por trayecto, por lo que merece la pena alojarse aquí y moverse en taxi.
Una amiga me recomendó este hotel y sin duda ha sido todo un acierto!