La verdad nos pareció un alojamiento excepcional tanto en el recibimiento , la amabilidad de la chica que nos atendió ( hablaba español , inglés e italiano a la perfección) y lo que más nos gustó que al ingresar había un sector de parrillas del restaurante en el mismo hotel donde estaban asando cerdo a la llama , y obviamente nos quedamos a cenar , todo muy rico , con unas vistas hermosas en la terraza ,una carta de vinos de más de 100 opciones , todo genial . Un lugar para descansar , comer bien y sentirte como en casa . Muy recomendable , a y algo que me olvidaba la ruta hacia el hotel es subiendo una montaña con vistas impresionantes!!