Todo fue muy bien.
La habitación es tal como se ve en la fotos. Nos dieron una cama grande a pesar que en la revserva ya no quedaban camas grandes disponibles, cosa que agradecimos mucho.
El desayuno es muy abundante. Tipo buffet libre sólo que se pide y lo sirven en la mesa por los protocolos Covid. Se puede repetir las veces que se quiera de lo que se quiera. Y ofrecen bizcocho casero que está delicioso.
En el hotel además se puede cenar (previo aviso o reserva). Lo único que el pan lo ponen y lo cobran después no sabemos muy bien a qué precio ya que en la nota lo ponía junto con las bebidas precio total, así que no supimos el precio de las bebidas ni del pan.
La única pega es que son habitaciones con paredes de papel, con lo que se escucha absolutamente todo, incluída la gente cuando está en el pasillo.
Cuando se fueron las chicas de la recepción dejaron un perro dentro de la recepción que ladraba de vez en cuando y retumbaba en la habitación, hasta la 1 o 2 de la noche... luego ya no se le volvió a escuchar.
Es muy interesante pedir los mapas en el tf que facilitan ya que vienen recorridos muy chulos, tanto para el propio pueblo como para los alrededores.