La habitación es perfecta: cómoda y limpia.
Lavadora y gran tendedero para la ropa.
pero lo mejor de todo y sin duda el restaurante que regentan los dueños, que son encantadores y muy buenos anfitriones, y la comida propia de la zona espectacular:
Carnes de sus propias reses y verduras y hortalizas de su huerto, nunca he comido unos tomates tan tan ricos.